¿Cuál
es el límite de la vida humana?. Esta
pregunta no es sólo la típica pregunta de filósofos y algunos científicos
encerrados en laboratorios ajenos al mundo. El límite de la vida humana es
importante a nivel social. Si por ejemplo se duplicaran las personas mayores de
100 años de un día para otro… ¿no afectaría eso a los sistemas de pensiones?¿no
afectaría a las edades de jubilación?. No, es una pregunta que puede tener
mucho interés.
La
persona oficialmente más longeva conocida hasta día de hoy fue una mujer
francesa llamada Jeanne Calment con 122 años. Y digo oficialmente, porque
existen casos de hablan de 127 (Meizhen Luo) y algún que otro caso de incluso
más edad pero con censos pocos fiables en cuanto a fechas y demás. Supercentenario
es aquella persona que tiene más de 110 años, y en ese caso, suele haber menos
(listas como esta para España). Superar los 110 es todo un hito. Bueno, ¿Y qué le importa eso a la
Neuropsicología?.
El primer
pensamiento que tenemos de una persona supercentenaria es el de una persona
casi seguro enferma, casi seguro dependiente y casi seguro cognitivamente afectada.
Y eso mismo pensaba yo, hasta que leí los estudios realizados por Thomas Perls
y su equipo de la universidad de Boston.
Yo he llegado a los cien…
Llegar
a los cien años es una proeza al alcance de muy pocos, pero hoy en día se
valora más que el hecho de alcanzar cierta edad, el alcanzarla con un estado
funcional correcto, o lo que se conoce como esperanza de vida libre de discapacidad.
En los últimos 20 años en EEUU se ha pasado de tener una persona con cien años
por cada 10.000 habitantes a tener 1 por cada 5000 (como dije antes, duplicado,
aunque no de un día para otro, claro). Hoy en día alguien de 20 años tiene 3
veces más probabilidades de llegar a los 100 que sus abuelos a esa misma edad.
El
estudio llevado a cabo por este grupo (New England Centenarian Study), muestra
que las personas con 100 años han llegado por lo general hasta los 90 sin
discapacidad o enfermedad crónica. Parece que retrasan los síntomas cognitivos,
los “comprimen”, dado que es en los últimos años de su vida donde los
experimentan de manera rápida hasta el desenlace fatal. ¿Y la causa?. Según sus resultados: Genética. Primero porque
parece más fácil llegar a ser centenario si se ha tenido un familiar que ya ha
llegado. Segundo, porque genéticamente hay más homogeneidad entre las personas
de 100 años que entre las personas de 90. Varios estudios directamente
consideran que los hábitos no importan. Poco podemos hacer entonces desde la
neuropsicología, ¿no?.
… Pues yo he llegado a los 110
Finalmente
se logró juntar una muestra nada despreciable de supercentenarios en otro
estudio (104 personas) y grupos de diferentes edades (semi-supercentenarios,
centenarios, nonagenarios...). La idea era clara, comparar esos grupos.
Lo
interesante es que una persona puede evolucionar de 3 maneras en su
envejecimiento hasta llegar altas edades (así los define Perls en los primeros
estudios que leí):
-
Supervivientes (Survivors): han tenido una
enfermedad y viven con ella (por lo general, indica dependencia o estado
funcional deteriorado)
-
Retrasadores (Delayers): Personas que llegan a
una edad retrasando la enfermedad que luego tendrán (tardan más en tener
problemas de dependencia)
-
Escapadores (Escapers): Personas que escapan de
la morbilidad (apenas pasan tiempo sin autonomía).
¿Y qué se encuentran?: A medida que avanzamos en edad van
quedando menos supervivientes (van muriendo), menos retrasadores (van empezando
a sufrir enfermedades y mueren) y más escapadores (personas que no han padecido
enfermedad). Es decir, al contrario de lo esperado, los supercentenarios son
los que menos años de discapacidad/dependencia presentan, y lo más curioso aún,
la velocidad de declive cognitivo (cuando este empieza) es más rápido cuanto más
mayor. Es decir, se comprime el tiempo de morbilidad.
Entonces, ¿Qué nos dice a los Neuropsicólogos esto?. Pues
poca cosa. Porque son estudios descriptivos, no han tenido en cuenta el estilo
de vida de esas personas ni posibles intervenciones. No nos dicen cómo podemos actuar. Nuestro objetivo (como
Neuropsicólogos) es claramente aumentar los delayers (y si puede ser los
escapers) cognitivos, esas personas que tardan más en tener esos déficits
cognitivos, pero… ¿cómo a estas edades?.
Una iniciativa en Madrid.
A modo
de cierre, quiero comentar una iniciativa de la Fundación CIEN y la
comunidad de Madrid para estudiar la precisamente esto, a los centenarios. Como bien indican, aparte de desconocer la “normalidad” cognitiva a esas
edades (más difícil si cabe con la dispersión que hay), pueden darnos ciertas
pistas sobre que más, a parte de la nombrada genética, puede provocar el llegar
a estas edades avanzadas, y además, con autonomía. Un saludo.
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