miércoles, 30 de abril de 2014

Cuando un déficit nos da ventaja

- Y entonces, con esto pensamos medir la inhibición latente en los niños - me dijo una alumna al poco de terminar un seminario sobre neuropsicología clínica, no hace mucho tiempo. Me estaba comentando una prueba que estaba diseñando para trabajar con TDAH, y me chocó bastante ver un posible paradigma de inhibición latente en un una prueba de este estilo.

- ¿Y por qué inhibición latente? - pregunté. Había tenido la suerte de trabajar varios años con el paradigma de la inhibición latente, pero el caso es que pocas veces lo había visto fuera del laboratorio. Era demasiado "básico".

- Muchos estudios están demostrando actualmente que hay alteración en inhibición latente en niños con autismo y asperger - respondió. ¡Vaya!, eso no lo sabía. Las cosas fueron encajando dentro de mi santa cabeza. Pero me fije en la prueba. Un estimulo en un momento inicial debía ser atendido y el otro ignorado. En el segundo momento se invertían los papeles, y el ignorado se convertía en objetivo y al revés. Y me recordó a algo, casi sin pensarlo, hablé.

- Eso es priming negativo - dije mirando más hacía dentro de mi que hacía el exterior.

- ¿Y eso que es lo que es?- Me preguntó la alumna.

- La forma de demostrar que un déficit puede resultar ventajoso - contesté. Oh si, otro post sobre el priming, que le vamos a hacer.

La inhibición latente.

          Pensando en como funciona nuestro cerebro, en lineas generales, surge un paradigma llamado de inhibición latente (mierda, he dicho paradigma, 4 o 5 neuropsicólogos puramente clínicos acaban de cerra la pagina), que habitualmente se estudia en ratas (ofú... ya la han cerrado otros 4 o 5)... ¿Y en que se basa este mecanismo?. Básicamente, si preexponemos a un animal a un estimulo, y luego tratamos de condicionarlo, observaremos que cuesta mucho más tiempo condicionarlo que si no ha sido preexpuesto (vale, he dicho condicionar... ¿queda alguien leyendo?).
 
Que sí, que si hablas de condicionamiento, hipótesis y demás, hablas de cosas del cerebro, pero no es del mismo cerebro que tratan los neuropsicólogos clínicos. Es otro (nótese la ironía)

            ¿Qué interés tiene?. Bueno, pos tiene dos. El primero, que es una propiedad de nuestro cerebro y una evidencia más de que lo procesamos todo en el entorno. Simplemente, cuando aparece un estimulo y no hay relación contingente de nada (no nos da una descarga, no no supone disgusto ni placer, ni nos da nada de nada ni nos lo quita) nuestro cerebro dice "irrelevante". Tanto es así, que con pocos ensayos (con pocas veces que pase que ante algo no ocurre nada), cuando comienza a ocurrir con esa cosa, cuesta más "aprender" su nueva relevancia. En si, esta primera es más interesante para los investigadores puros, pero... ¿cual es esa segunda aplicación?.

                         Pues que está demostrado (y más que demostrado) que las personas con esquizofrenia presentan un fallo en la inhibición latente.Es decir, su cerebro parece tener cierta dificultad para ponerle la etiqueta de irrelevante a  aquellas cosas que se le preexponen sin conscuencia. Da igual si han sido preexpuestos o no. Ello podría explicarnos a que se debe esa increíble facultad que tienen las personas esquizofrénicas paranoides para llegar a conclusiones y razonamientos inverosimiles en circunstancias normales y corrientes. Parece que su cerebro lo considera todo relevante. Y se ve con la necesidad de explicarlo.
 
¿Será por este motivo por el que ven más fácillmente formas donde no las hay?
 
 
                          Desde luego, para estudiarlo necesitamos dos grupos, gente prexpuesta al estimulo y gente no preexpuesta al mismo. Podría entrar en más detalles, en especial el papel importante de la dopamina en la ruptura de esta inhibición latente, pero mi objetivo es llegar a otro lugar.

El priming negativo

                    El priming lo conocemos como una facilitación que se produce por uso. Recordar, por ejemplo, si el famoso ejemplo de la publicidad subliminal. De forma inconsciente, algo queda facilitado, aunque ni seamos consciente de ellos. Un ejemplo más "mecánico" lo tenemos en las pruebas donde pedimos a alguien que empiece a pulsar una tecla cada vez que vea una pelota roja en la pantalla, y que no pulse si sale la de color verde. Cada vez la cosa se ira perfeccionando, y nuestro tiempo de reacción ira mejorando (nuestro cerebro considera que esa tarea de la pelota es importante, porque se la estamos obligando a hacer continuamente y decide destinar más recursos y perfeccionarla).

                    Ahora, supongamos que decidimos, de golpe y porrazo, que ya no hay que darle al botón con la pelota roja, sino con la verde. Bien, ahora tenemos que "desperfeccionar" nuestra ejecución (¡quieta mano, que ese ya no es!) y perfeccionar otra ejecución (!!oye!!! que ahora si que hay que darle, es al revés). Eso por lógica, implica más tiempo que si empezáramos directamente con pulsar el verde. No habría nada que borrar. ¿Por que esta tontería de cambiar de golpe?. Porque existen trastornos donde esto no ocurre. No es más difícil "desaprender". Y lo vemos en las personas mayores.
 
Un juego de móvil. Pulsa encima de los zombies para matarlos, pero no pulses sobre los niños. Tras jugar meses, la ejecución es casi perfecta, pero ¿Y sí cambio y os pido que solo pulséis sobre los niños?. El dolor de cabeza se lo podéis agradecer al priming negativo.

                    Muchos estudios, como ya dije en otros post hacen referencia a una ruptura de mecanismos inhibitorios en las personas mayores, es decir, falta del control del impulso. Pero no es sólo en dar respuesta (que es lo que siempre pensamos), sino en ponerle freno a la información que entra. Le llevamos diciendo 10 minutos a nuestro cerebro que la pelota verde es irrelevante que no hay que hacer nada, pero si nuestros mecanismos inhibitorios no están bien, le da igual. Todo es relevante. Por eso, si cambiamos y le pedimos que pulse la otra, casi ni se entera. Eso es el priming negativo. La dificultad que tenemos para considerar que algo que es relevante ya no lo es, y viceversa. Muy parecido a la inhibición latente, pero no es lo mismo.
 
¿Y Dónde nos da ventaja?.
 
                                En definitiva, lo que estamos hablando es como funciona el cerebro normalmente. Los estímulos irrelevantes no los quiere y los etiqueta como irrelevantes. Es lo curioso, que no se trata de desechar lo que no nos vale, sino que parece hacer el esfuerzo de ponerle una etiqueta y lo sabemos por lo mucho que le cuesta luego quitársela (inhibición latente). Precisamente, si tenemos un déficit en esto (en inhibición latente), en que nuestro cerebro sea hábil para etiquetar las cosas irrelevantes, ese déficit nos da una ventaja si queremos convertir en algo relevante una cosa a la que hemos estado preexpuestos, pues no lo hemos etiquetado de ninguna manera.
 
                            El efecto del priming negativo es aún mejor. Puesto que nuestro cerebro no tiene dificultad en ir marcando que algo es relevante y promoviendo nuestra mejora de ejecución (seguramente a partir de una mejora de eficiencia de las conexiones implicadas). Pero esto hay que verlo también por el lado contrario, que el cerebro se vuelve bastante mejor y eficiente ignorando estímulos que se le pide que ignore. Por eso, cambiar todo esto de golpe (pedir que ahora sea relevante lo que no lo era, ignorando lo que si lo era) supone un cambio tremendo. Y por eso hay ventaja si tenemos una ruptura de los mecanismos de inhibición. El motivo es que todo es relevante. Y si todos es relevante, no tenemos que hacer el esfuerzo de "deshacer" su irrelevancia.
 
                             ¿Demasiado básico?. Si, pero ahora pensad en un cerebro con esos mecanismos de inhibición roto dentro de un aula, en su segunda o tercera hora de clase seguida de clase. Todo, absolutamente todo es relevante. Y a todo atiende. A veces ese mecanismo no es que esté roto, pero es débil y aguanta poco tiempo eliminando la irrelevancia. Es una de las extrañas capacidades que me sorprenden en algunos TDAH, parece que no te están echando cuenta, pero extrañamente son capaces de decirte lo que estabas diciendo, aunque miraran para otro lado. Aún así, es una desventaja en este contexto, pues presa del cansancio de atender todo, ese cerebro termina por no atender a nada.
 
 Lo toco todo, lo miro todo, me tengo que mirar todo, aunque no parezca importante... por eso soy disfuncional para el aula.
 
 
                   Ahora pensar en ese cerebro, en medio de una Selva, en la naturaleza salvaje, teniendo que luchar por su vida. ¿es tan disfuncional esa capacidad de atender a todo?¿que todo tenga relevancia?. Muy posiblemente, sea una ventaja añadida para la supervivencia. Y de ahí que se hable a veces del TDAH (donde se va encontrando que los mecanismos de inhibición latente fallan, o existe fallo en el priming negativo), como una forma de actuar del cerebro no tan relacionada con lo "patológico" sino como un patrón como otro cualquiera (se habla de su alta prevalencia, demasiado alta). Y ese patrón que nos desespera en el aula, nos puede dar ventaja en un contexto de lucha por la supervivencia o en pruebas muy básicas de atención, siendo el primero un contexto obsoleto y el segundo uno poco importante. 
 
Lo toco todo, lo miro todo, me tengo que mirar todo, aunque no parezca importante... por eso he visto una serpiente venenosa en la maleza y no le he puesto el pie en la boca. ¿Es el cerebro el disfuncional o era el contexto donde se desempeña lo que lo hace disfuncional?.
 
                  En resumidas cuentas, estos mecanismos son una forma de funcionar, su ruptura (o inexistencia) otra. ¿Deberíamos pensar en adaptarnos a esa formas de funcionar de esos cerebros?. Quien sabe. Un saludo. 
 
 



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