viernes, 18 de abril de 2014

Eres un inútil. Y no lo sabes.

Se había convertido en costumbre. Cada vez que descolgaba el teléfono y hablaba con ella terminábamos hablando de la misma persona. De su increíble incompetencia, pero de su más increíble prepotencia. Supongo que me sacaba de quicio y ya está.

- De verdad que no lo entiendo - le dije sulfurado por teléfono. Podía hacer perfectamente 10 minutos que sólo hablaba yo.- ¿es qué no se da cuenta de que no puede?. Cada vez que se pone con ello casi se ve como le echa humo la cabeza-.

- Es que no mide lo que puede hacer - me dijo ella. Si quería decir algo más no dio tiempo, volví a cortar de nuevo su intento de explicación.

- ¡¡Es un incompetente joder!! - Afirmé haciendo mucho énfasis en la palabra "incompetente" - y encima nadie le dice nada, sabiendo que no da para más y que todo lo que hace nos retrasa -.

- ¿Y por qué nadie le dice nada? - me preguntaba con cierto tono de incredulidad - si ya saben que no se entera de las cosas.

- Pues porque encima comienza a discutir.  No hay dios que le haga entenderlo y la gente pasa - dije con un tono resignado - al final termino teniendo que asumir todas las tareas difíciles para no dejarlas en sus manos por miedo. Le dejo las tareas fáciles y luego me acusa de que "no las quiero hacer". Es para reirse.

-Jaja - se rió mi amiga - lo estás poniendo fino-. Es gracioso verme cabreado. Pero lo cierto es que esa descripción era la correcta. Incompetente, disfuncional y.... No se daba cuenta. Eso es lo que más me llamaba la atención. Todos hemos estado con gente así, en el trabajo, en la familia, en casi todos los contextos. ¿Cómo es posible esa incapacidad de ver la propia incompetencia de uno?. ¿Se ha dicho algo sobre este tema?. Y la respuesta es sí.

El efecto Dunning - Kruger

              Según un profesor que tuve, el Dr. León Fuentes, para entender los diversos síndromes lo mejor era imaginarse al paciente, como reaccionaría y cómo estaría. De ahí este primer ejemplo. Una persona que no es especialmente hábil, más bien torpe, que retrasa al grupo, y que no es consciente de ello, teniendo la tendencia incluso a considerarse superior a los demás. Bien, desde la psicología social se explica como un sesgo cognitivo.

¿caminando de la incompetencia a la fantasía?

                Ese sesgo cognitivo fue estudiado por los investigadores Justin Kruger y David Dunning de la universidad de Cornell. La idea: Poner a la gente a hacer una serie de tareas (así vemos si son competentes o no en dicha tarea) y después, preguntar su opinión sobre cómo lo han hecho (así vemos, cómo estiman su ejecución. Y el resultado asusta bastante. Básicamente, las personas que peor lo hacen (incompetentes) son las personas que mejor se valoran (se sobreestiman). Las personas que mejor lo hacen, paradójicamente, se valoran a la baja. ¿Cómo es posible?. Antes de entrar a mi particular explicación cerebral, seguiré con las ideas mostradas por Kruger y Dunning.

                 Resumiendo sus resultados (los podéis ver en la wikipedia) podemos obtener una primera idea de porque ocurre este fenómeno:

- Los individuos incompetentes sobreestiman su ejecución (¡¡¡No!!! Se ofrecerán para tareas que difícilmente podrán hacer). 

- Los individuos incompetentes son inpaces de reconocer la habilidad de otro (Pensarán que nadie está a su altura, por lo que cualquiera les dice nada...)

- Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia (Ni aunque se lo pongas delante de las narices, vaya).

- Si son entrenados para mejorar su propio nivel de habilidad, serán conscientes de su falta de nivel previo.

¿no os suena esto? Alguien que no sabe de una materia dice saber más que un experto. Pero una vez se introduce en ella, se da cuenta de lo poco que sabía. 

                No me lo invento. Son exactamente las ideas que determinan este sesgo, otra cosa más difícil es saber si nosotros somos los que valoramos a la alza nuestras habilidades o si somos los que sufrimos a las personas que tienen esa "extrema insuficiencia". Sea como sea, la idea principal radica en que las personas incompetentes tienden a considerar a los demás como muy poco hábiles (sobreestimándose ellos), y sin embargo las personas más hábiles (o inteligentes) suelen considerar a los demás a su mismo nivel, luego se subestiman. Eso tiene muchas implicaciones. Os pongo un ejemplo.

                   En el primero tenemos una persona que ha sufrido de lo lindo para hacer unos análisis de datos, de hecho, no ha podido hacerlos solo, ha necesitado que alguien se los haga. Llegado el momento entrega el trabajo. Pasados varios meses nadie esperaría que esa persona aceptara de buena gana un trabajo de esa índole (¡Con lo que le ha costado!), pero peor aún, nadie esperaría que se jactara de ser capaz de hacerlo, y se ofreciera (una sobrestimación tremenda). No era hábil, seguía sin serlo, pero CREÍA serlo, pensando que los demás no pueden. Como ya dije, resulta difícil que esa persona admita que lo hace mal. ¿os recuerda a algún patrón neurocognitivo?. 

Explicación neuroconductual

                   Tengo una extraña manía, que es tratar de darle base cerebral a los estudios de psicología social que leo. No en vano, son estudios de conducta, ¿puede el cerebro explicarlos?. Así que voy a tratar de desgranar este efecto, aunque evidentemente, habrá cosas que no cuadren del todo, o relativamente formadas. Pero es un inicio.

Incompetencia

                    Lo primero que tenemos es una persona tildada de incompetente. Una persona poco hábil en la resolución de una tarea "X". ¿Qué puede decirnos el cerebro de esto?. Un patrón de persona que se puede considerar como poco hábil es la que presenta un problema en la función ejecutiva. Una persona que es poco eficiente es una persona que no sabe gestionar sus recursos, que no sabe planificar, por ejemplo. Así que empezamos por pensar que lo mismo estamos ante una persona ejecutivamente "floja". Evidentemente, puede haber muchas causas más allá de la función ejecutiva, pero cuadra con lo siguiente.

Sobreestimación

                     Esa persona incompetente además de no poder hacer las tareas de manera correcta, eficiente, o ser directamente peor, se lanza continuamente a la tarea porque no considera que lo haga mal. Considera que puede, sobreestima su conducta. Este patrón recuerda mucho también al de las personas que tienen un daño frontal, pues en su planificación y afrontamiento de tareas no es capaz de valorar sus propias capacidades creyéndose que puede hacer más de lo que hace y mucho mejor de lo que lo hace. Inclusive, valorando a personas como por debajo suya. 

La sobreestimación de uno mismo. Termina por ver lo que cree que es. Pase lo que pase.

Flexibilidad cognitiva

               El hecho de que esta persona sea ejecutivamente "torpe", y se sobreestima aunque hagan las cosas mal, solo puede sostenerse en un déficit en la flexibilidad cognitiva.Por el hecho de que, aunque la información del entorno le esté indicando que "no es muy bueno para ciertas cosas", esta información no se integra, esta información se desecha. Y se mantiene siempre el mismo patrón. De nuevo, hablamos de un rasgo bastante prefrontal. Sabrá cuando lo tiene que hacer, que le cuesta, pero en ningún momento lo integrará y volverá a ofrecerse de nuevo. Para mí para muchos casos, bajo la falta de conciencia de déficits hay también un problema en la flexibilidad cognitiva.

Control inhibitorio

         Por último, como ya digo, entrar en discusión con este tipo de persona provoca una auténtica explosión y pelea. El control inhibitorio es el que parece que está detrás de esta situación tensa que ocurre cuando a alguien moderadamente disejecutivo se le trata de llevar la contraria. No integra la información, y desde luego no acepta otra explicación que no sea la suya (flexibilidad baja) y su reacción es normalmente, iracunda. Supongo que a nadie le gusta que le llamen inútil, pero la reacción difiere mucho de unas personas a otras.

                         
             Viendo estos componentes cognitivos, y comparándolos, podríamos considerar que tal vez el efecto Dunning-Kruger nos esté definiendo el típico patrón prefrontal. Como siempre digo, hay que tener en cuenta que tener ciertos rasgos no hace que sea patológico, pero parece que este patrón cuadra con esa idea. En muchas ocasiones, por eso de juntarme con diferentes neuropsicólogos, he visto cómo se ha puesto la etiqueta de disejecutivo o inflexible a ciertas personas con estos comportamientos, y como se evitaba llevarles la contraria por miedo a su reacción (callados, mirándose unos a otros a sus espaldas). ¿Es el efecto Dunning - Kruger un síndrome prefrontal explicado sin la neuropsicología?. No lo sé, pero como dije antes, no puedo evitar "meter" el cerebro detrás de la conducta observable. Un saludo!.

PD: El ejemplo no es real, por supuesto. Y si lo fuera no habría problema, la persona mencionada no se daría por aludida, al sobreestimar sus capacidades. Ya lo dijo Charles Darwin "la ignoracia frecuentemente proporciona más confianza que el conocimiento".

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