jueves, 23 de noviembre de 2017

Un cerebro a dos velocidades

No era lo que esperaba hacer esa tarde, pero pensé: "¡Qué narices!. Vamos a probar cosas". Acababa de entregar un informe bastante delicado a una paciente y su familia, con los resultados de una valoración neuropsicológica general. Pero no había habido manera de filiar todo lo que ocurría. Así que, decidí aprovechar la visita para hacer algunos ejercicios de estimulación, por probar (y comprobar) cosas. Me sorprendió tremendamente la entereza de esa mujer, que en los últimos meses había comenzado a experimentar un deterioro muy rápido de algunas funciones cognitivas, con todo el caos que suponía eso para su día a día. Nos sentamos ella, una alumna de prácticas y yo. Podríamos haber empezado directamente a hacer ejercicios en busca de ajustar el puntito de dificultad para que ni fueran demasiado fáciles, ni muy frustrantes. Pero, realmente, lo primero en estas situaciones, es lo primero: La persona que tienes delante.

- ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? - le pregunté, rompiendo el silencio que había en la sala tras sentarnos.

- Bien... -me contestó ella mientras miraba hacía otro lado... como pensando si debía o no decir algo. De golpe fijó su mirada en mi - Aarón, ¿Y sí todo esto es por mi culpa? ¿Y sí soy yo quién lo está provocando? - me dijo, mientras se iban humedeciendo sus ojos. Casi por asociación me acordé de las palabras que Marcos Ríos Lago nos había dicho este último módulo sobre como funcionamos: "somos casi autómatas". Es una realidad incomoda y difícil de concebir si te paras a pensarlo.

- ¿Tu puedes hacer que un riñón tuyo deje de funcionar ahora mismo? - le dije ante su sorpresa. Meditó unos segundos la pregunta, que parecía totalmente alejada del tema del que estábamos hablando - realmente el cerebro controla cosas de una manera automática, que nada tiene que ver con lo que nosotros queramos o no queramos. No creo que tu puedas tener la culpa de que haya cosas que tu cerebro no haga correctamente ahora mismo, pero si creo que podemos ayudar a tu cerebro a que las haga mejor - le dije tratando de evitar un sentimiento de culpa que, ni iba a ayudar a la terapia, ni iba a ayudar a esta persona. Asintió reconociendo esta idea, pero es difícil hacerse a la idea de que a veces no controlamos cosas que creíamos totalmente "nuestras". Empezamos a hacer ejercicios y vimos diferentes cosas. Poco después, me senté con mi alumna, que andaba sorprendida con todo lo que habíamos visto.

- Le veo una velocidad de procesamiento muy enlentencida - me dijo, tras haber realizado diferentes pruebas, tratando de formar su pequeña hipótesis de lo que estaba pasando.

- Bueno... si el problema fuera la velocidad de procesamiento, lo sería para todo, ¿no? - le dije, enumerando después diferentes ejemplos que habíamos tenido durante la prueba. Su velocidad era bastante buena ante tareas simples y con componentes visuales, pero no tanto ante tareas que tenían un componente verbal o mostraban cierta necesidad de funcionamiento ejecutivo. Había otra cosa detrás. - En realidad, está es la clave de nuestro trabajo - le dije - disociar tareas, la velocidad de procesamiento se enlentece ante ciertas tareas, pero no es el problema de base - terminé de comentar. 

- ¿Y eso no lo puede estar provocando ella misma? - me preguntó. Es evidente que ya había descartado que estuvieramos ante una simulación.

- Nuestro cerebro busca intención en todas las cosas - le dije - incluso le da intención a las que nosotros hacemos, cuando ya están hechas - dije. La respuesta no fue precisamente concluyente. Al revés. Dio para mucho rato de conversación después. 

Un cerebro a dos velocidades

Llama mucho la atención cuando tratamos de ver el proceso de toma de decisiones y vemos que muchas de las informaciones que usa nuestro cerebro para decidir no pasan por el foco de nuestra conciencia. Sin embargo, en muchos casos la decisión se considera como absolutamente nuestra. Si hay algo que domina nuestra forma de pensar es la de darle intencionalidad a todas las cosas (basta escuchar frases de nuestro día a día como "el maldito ordenador no quiere funcionar"...). Un ejemplo lo tenemos en un estudio que ya comenté anteriormente sobre como funciona el cerebro durante el juego del Shogi.

No me preguntéis como se juega esto. Supongo que el equivalente, si el estudio fuera español y no japonés, sería hacer una resonancia magnética mientras se juega al mus. No me imagino como se pondría la amígdala cuando uno le salieran cuatro reyes... (por muy republicano que se sea).

En este juego en general, tienes dos opciones: Atacar o defender. En el estudio del equipo del Dr. Tanaka (aqui) encontraron un circuito curioso. El cortex cingulado anterior se relacionaba el valor subjetivo que se le atribuía a una estrategia de defensa, y el cortex cingulado posterior, con el valor del ataque, siendo el cortex dorsolateral el que comparaba el valor emitido por ambas estructuras. Es decir, pareciera que el valor que se atribuye a cada opción, está un poco lejos del proceso consciente final de que acción tomamos. Mientras que lo primero parece una vía rápida de valoración de la situación, lo segundo parece una vía más lenta de toma de decisión. Sería interesante pensar que si, por ejemplo, atenuáramos la señal del cortex cingulado anterior (valor de la defensa), a la hora de "elegir", nuestro cortex dorsolateral se iría siempre hacía una estrategia de ataque. Todo esto, sin necesidad de que sea intencional o decisión realmente de la persona. No se si captais ya por donde voy.

Otro ejemplo interesante viene de la capacidad de personas con ceguera cortical para ser capaces esquivar objetos de su entorno. Sin ser consciente de la experiencia visual, hay informaciones que llegan y ayudan a la toma de decisión. La diferencia parece radicar en gran parte en una vía rápida y otra vía lenta. Una vía automática, que toma decisiones rápidas por su importancia para la supervivencia, y una vía más lenta, más consciente, más cortical, que evalúa con calma las alternativas para tomar una decisión ajustándose al efecto más a largo plazo de las mismas. Es decir,un cerebro a dos velocidades. 

Si nuestra reacción ante los sustos fuera controlada por el lóbulo frontal, uno jamás pondría esta cara. 

Concretamente, en mi humilde opinión, el lóbulo frontal jugaría un papel importante en hacer ese procesamiento consciente (baste con ver que ante tareas novedosas es el primero que tiene actuar) con el objetivo de organizar y automatizar el mismo. El ejemplo lo tenemos al aprender a conducir, cuando de primeras necesitamos todos nuestros recursos ejecutivos (nos puede doler la cabeza con una clase de conducir) y conforme automatizamos, podemos hacer otras cosas a la vez. De igual manera, no son los mismos los reflejos de una persona que lleva años conduciendo que los de una persona que acaba de pensar (el que lleva años no se pregunta "¿Qué hago?", sino que actúa). De nuevo, parece que hablamos de dos velocidades.

Lo que ocurre, es que esas dos velocidades coexisten, y son las diferentes situaciones las que nos permiten o indican el utilizar una u otra, siendo unas u otras, más accesibles a la propia conciencia. El problema viene cuando todo esto deja de funcionar de manera adecuada. Cuando hay un daño que, por ejemplo, afecta a nuestra...

...velocidad de procesamiento

Uno de los signos que parece más comunes en los traumatismos craneoencefálicos es la reducción de la velocidad de procesamiento de la persona, así como las dificultades atencionales. En si, la velocidad de procesamiento se ve reducida en gran medida por el daño axonal difuso, o dicho de manera mala y burda, cuando se rompe el cableado del cerebro por el movimiento que realiza el cerebro dentro del cráneo. Y esto debe tenerse en cuenta cuando realizamos una valoración de daños, porque, como decía antes, el sistema ha dejado de funcionar de manera adecuada, lo que no quiere decir que todo esté mal.

La DTI es relativamente nueva, pero nos ha permitido ver la sustancia blanca en el cerebro de una forma como nunca antes se había visto. Y nuevas técnicas que se van desarrollando comienzan a poner de manifiesto la importancia de la conectividad en como funciona el cerebro.

Uno de los ejemplos que puso Marcos Ríos Lago durante el módulo de atención y velocidad de procesamiento, que me parece fundamental, es el de diferenciar las tareas "paced" y "unpaced". El rendimiento de los pacientes con problemas en la velocidad de procesamiento puede decaer en tareas donde el ritmo lo marcamos nosotros (paced) o donde metemos un componente de tiempo, lo cuál conllevaría a pensar que casi todo lo que hemos evaluado parece estar deficitario. Es decir, la velocidad de procesamiento deficitaria puede perfectamente afectar a otro tipo de dominios perfectamente, solo porque la tarea que planeamos para medirlos implica velocidad... y claro, podemos terminar rehabilitando algo que no está mal de base. Un despropósito. Pero ojo, que también podemos verlo al revés.

En este sentido, las información con la que estemos trabajando puede afectar a la velocidad de procesamiento. ¿Cómo es esto posible?. Pues por ejemplo, si tenemos alteraciones en el procesamiento del lenguaje podemos encontrarnos con una reducción de tiempos en la realización de pruebas que tengan un componente verbal (sea lectura, sea recuerdo verbal...) que no vamos a encontrar cuando trabajamos con material visual. Es decir, en este caso la velocidad de procesamiento sería la que está afectada secundariamente. Algo similar podríamos decir de la atención, pero lo veremos en otro momento.

Pero... ¿mantenemos la misma velocidad de procesamiento a lo largo de nuestra vida?... ¿Cómo afecta esto a esas dos velocidades que decíamos al principio? Para ello es interesante ver...

... la velocidad en el envejecimiento

Conforme vamos envejeciendo el cerebro cambia, tanto de forma estructural, como de manera funcional. Y eso tiene su expresión a nivel de funcionamiento cognitivo, aunque es importante recordar que es muy posible que esté modulada por la reserva cognitiva (yo, in press... algún día de estos). Lo que parece claro es que las personas mayores rinden peor en las pruebas cognitivas que las personas jóvenes como expresión de estos cambios, algo que T.A. Salthouse justifica con su teoría de la velocidad de procesamiento. Es decir, las personas mayores, se vuelven más lentas con la edad.

Procesar más lento significa eso, más lento, pero no implica que no se pueda llegar a la meta. Otra cosa, es que todo este desincronizado.

Esta idea la podríamos sostener con observar al grueso de personas mayores de nuestro entorno, que parecen mostrarse más lentas o necesitar más tiempo para hacer lo mismo (poque esa es una de las claves, con más tiempo pueden rendir parecido a los jóvenes). De hecho, en algunos estudios, podemos ver que su velocidad de procesamiento es, como grupo, más reducida que hasta la de personas con traumatismo craneoencefálico... otra cosa es que a estos últimos les acompañen otra serie de signos más disruptivos, claro está.

Claro, el motivo de esta reducción parece relacionarse con una reducción de la sustancia blanca. Al menos con el envejecimiento parece que tenemos una reducción de esta sustancia blanca (aquí). Esto explicaría la clásica diferencia que siempre se atribuye entre tareas "fluidas" y "cristalizadas", o al menos, tareas que tienen un componente de tiempo o no lo tienen. El asfalto de las autopistas de información (sustancia blanca) se ha ido deteriorando por el paso de los años. Claro, esto seguramente tenga su repercusión en como funciona el cerebro, aunque rara vez se relacionan estas dos ideas, la idea de que...

...Cambiamos de "velocidad" cuando somos mayores

Al principio del post hablábamos de dos velocidades en el cerebro, o dos formas de procesar, una más rápida y automática y otra relativamente más consciente y lenta. Y además, conectábamos la primera con la sustancia blanca. Y la sustancia blanca, decae cuando nos vamos haciendo mayores. ¿Cómo reacciona el cerebro?. Tal vez ( y sólo tal vez) cambiando su patrón de activación.

En este sentido, y resumiendo por no entrar en otros temas teóricos, la activación cerebral de las personas mayores se frontaliza. Tanto porque se bilateraliza frontalmente (modelo Harold) como por el cambio del gradiente antero-posterior (modelo PASA). Podríamos darle muchas explicaciones a esto. Una podría ser que, como cuesta más automatizar (por tener una menor velocidad de procesamiento), se activa más el lóbulo frontal. Podría ser también, que para compensar esa menor velocidad, se usa un mayor procesamiento consciente...

"cuchame" - le decía el lóbulo frontal izquierdo al lóbulo frontal derecho - "que ahí abajo (las extensas tierras subcorticales) está la cosa rígida de narices, vamos a tener que tirar nosotros del carro" -. 

De hecho, la activación de áreas frontales en personas mayores no garantiza una mejor ejecución en las tareas. No siempre más activación significa mejor. Por ejemplo, en pacientes crónicos con Afasia, una mayor activación de áreas contralaterales derechas de la lesión puede ser signo de peor pronóstico al entrar en fase crónica (y achacable a un problema de inhibición interhemisférica). 

Pero lo que me parece importante es que la forma de funcionar cambia mucho con la edad. La forma de funcionar después de una lesión (o un deterior progresivo), también varía mucho, y no responde a lo que nosotros queremos, ni a una "intención", sino a como el cerebro se reorganiza para (creo) tratar de seguir funcionando lo más "efectivamente posible". En resumen, nuestro cerebro cambia de manera normal sin que nosotros queramos, y sin decirnos que lo hace, pero como pasa con casi todo cambio progresivo y lento, uno (y su cerebro) se va habituando y logra funcionar más o menos de forma normal, aunque tenga que pasar de sus dos velocidades a una sola. Pero cuando el cambio es rápido (y no digamos brusco), todo se descoloca. 

Por si queda duda.

Y ante esto, no vamos a dejar de seguir haciendo lo que hacemos desde que somos pequeños, que es buscar intencionalidad en estos cambios, y a veces culparnos de ellos. Pero lo que parece claro es que cuando el cerebro se reorganiza no lo hace "preguntándonos" a nosotros como nos gustaría que fuera. Lo hace siguiendo unas normas que aún a día de hoy, se escapan a nuestro conocimiento. 

PD: Los modelos que tratan de poner una función sobre otra son geniales, pero yo sigo pensando que al final, todo está tan interrelacionado que la función que falla, se puede llevar a las demás por delante, y viceversa.

PD2: Yo también quiero que te cures. Ojalá pueda contarlo aquí dentro de unos meses.

PD3: Si hay varias formas de hacer lo mismo... tal vez a veces baste con enseñar una forma diferente de llegar a hacerlo.

PD4: Puede haber cerebros lentos o cerebros rápidos, si lo queremos decir así, pero para mi una de las claves está en la sincronización entre procesos. Se sea lo rápido que se sea, si se está sincronizado se funciona. El problema es que un daño cerebral a veces afecta a esta sincronización. ¿Podemos llegar a recuperarla?...

PD5: Todo es relativo. La velocidad de procesamiento a veces depende de lo que estemos procesando. El cómo pasa el tiempo, a veces depende de con quien estemos al lado.

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